VENTANILLAS DE OTUZCO
Cajamarca
resume en su arquitectura el encuentro de dos culturas: la inca y la española;
sin embargo, sus restos arqueológicos nos narran historias más antiguas que se
remontan a la cultura Caxamarca, a sus acueductos y enigmáticos petroglifos y a
otras civilizaciones más viejas aún En Cajamarca existió una forma de sepultar a
los muertos que consistía en excavar nichos en roca y colocar a los difuntos
allí, haciendo uso de lo alto de los barrancos, a ese enigmático lugar
popularmente se le denominó Ventanillas de Otuzco, a 8 km al noroeste de la
ciudad en el distrito de los Baños del Inca, conocida así por el aspecto de los
nichos cuadrados o rectangulares de 50 a 60 cm de altura, tallados en las
paredes del cerro, que se asemejan a ventanas y pueden alcanzar hasta 8 y 10
metros de profundidad Algunos de estos orificios conducen a un
corredor a través del cual se llega al corazón del macizo rocoso donde se
hallan más nichos, en su mayoría simples, aunque también hay nichos múltiples
que constituyen pasadizos con nichos laterales. Las Ventanillas de Otuzco
destacan en medio del verdor de la naturaleza, que caracteriza a esta hermosa
ciudad. Cuenta la tradición, que los incas vaciaron el interior de la roca y
dieron a los nichos un uso diferente, los convirtieron en depósito de granos
para lo cual reorientaron las entradas contra el viento para mantenerlos frescos.
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